El rojo paró un once con mayoría de juveniles y dos o tres jugadores de primera. Cristian Diaz, técnico interino, acumuló su tercer derrota en cuatro presentaciones como Dt de Independiente. Los goles de la noche salteña fueron marcados por Maldonado y Lollo, en combinación con yerros defensivos protagonizados por Matheu. Con esta nueva caída, se llegó a la quinta consecutiva en lo que va del año en torneos ofiiciales.
El transcurso del partido no fue muy diferente a lo que se venía viendo, ya que a pesar de manejar la pelota de mitad de cancha para atras, se nota una desconexión entre las líneas de mediocampistas y delanteros. Las variantes no funcionan, los nombres cambian y los rendimientos son siempre los mismos. Los partidos pasan y no sólo se queman técnicos, sino que ahora se destruyen las inferiores, haciéndolos jugar bajo presión de resultados.
El técnico que venga, si es que llega alguno nuevo, tendrá mucho por hacer. Hasta junio no se pueden hacer incorporaciones y los once que elija el Dt, deberán salir de entre el plantel que tenemos. Parece ser que esta crisis futbolística no tiene fondo ni límites y que sólo queda esperar milagros. Pero todos sabemos que de esto se sale con trabajo, algo que al parecer, lo jugadores no demuestran hacer de la manera correcta.
El domingo se juega el clásico y el hincha de Independiente no puede tolerar más derrotas, a pesar de ya saber de antemano lo que se avecina. La crisis ecónomica parecía ser el gran cáncer de la institución, pero el fútbol quiere tomar protagonismo y hacerse un lugar en la historia negra del club. Mientras más tiempo pasa, más nos hundimos en el infierno.
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