El encuentro se dividió en dos grandes momentos. Éstos, se dieron uno en cada tiempo del partido. Durante los primeros 45´, al rojo se lo vio dinámico, entusiasmado y con hambre de gol. Independiente buscaba abrir el marcador mediante desbordes de Villafañez y guapeadas de Tuzzio. El gol llegó como consecuencia de una asociación entre ambos, con la incorporación del malevo Ferreyra en una combinación que terminó con un gran centro del juvenil, Lucas Villafañez, que encontró a Facundo Parra para empujarla a la red. El rojo se ponía 1 a 0 en sólo 4 minutos y la posibilidad de ganarle al "dream team" era una realidad.
Los minutos posteriores al gol mostraban al conjunto de Cristian Díaz mucho más convencido que su rival. El rojo buscaba tener la posesión de la pelota y crear a partir del control, las situaciones que permitan aumentar el marcador. A los 22 minutos llegó el empate y todo lo bueno que se venía haciendo, comenzaba a derrumbarse. Lucas Pratto aprovechaba una serie de rebotes en el área y ponía el 1-1. El cierre del PT fue un tanto parejo, con algunas situaciones de peligro, pero con muchas más imprecisiones. El rojo tomó el control del medio campo y Vélez empezó a retrasarse cada vez más.
El complemento tuvo a un solo equipo con intenciones ofensivas. Vélez tomó las riendas del partido y asumió el compromiso de ir al frente, dejando atrás huecos importante, que independiente no supo aprovechar de contra. A Independiente se lo veía un tanto dubitativo, y bastante temeroso, precavido se le podría decir. La primer mala noticia llegaba de la mano de Hernán Fredes, quien luego de intentar cortar un avance del fortín, sintió un tirón en el gemelo de su pierna izquierda. En consecuencia, ingresaba Cristian Pellerano, volviendo al primer equipo luego de la fecha de suspensión.
Las situaciones llegaban del lado local, con remates desde afuera que eran bien contenidos por un seguro Gabbarini. A los 18´ ST se producía la segunda variante del equipo de Cristian Díaz, quien metía al Patito Rodríguez en lugar del juvenil Villafañez. El cotejo se volvía cada vez más chato, y así iba a seguir hasta el final del encuentro. La última del partido estuvo en manos del delantero Mauro Obolo, luego de un cabezazo que lograba mandar al travesaño.
El resultado arrojó un empate que le deja un sabor agridulce al rojo. Cuando no se puede ganar, no hay que perder, eso está claro. Independiente jugó un muy buen primer tiempo, pero no pudo sostenerlo a lo largo del partido. Es importante no llegar perdiendo al clásico, y de la mano de Cristian Díaz, el rojo lleva 10 puntos sobre 15 en juego. El sábado se juega un partido aparte, y con este empate.... estamos a punto caramelo....
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