martes, 14 de agosto de 2012

Una luz de esperanza

 Independiente igualó sin tantos contra el conjunto de Liniers, dejando una imagen positiva en comparación al partido pasado. El encuentro estuvo detenido cerca de 40 minutos debido a un corte total de la luz del estadio Libertadores de América. Rosales y Morel Rodríguez fueron los puntos altos de un equipo, que todavía no logra afianzarse, pero que mostró ráfagas de buen juego.

El inicio del cotejo mostró al rojo con ansias de abrir el marcador, pero dejándole a Vélez la posesión de la pelota. Rondando los 15 minutos, los dirigidos por Crisitan Díaz, iban en busca de la apertura del marcador, aunque un repentino corte de luz, impedía la ofensiva roja. En la tribuna bochini alta se producía un fallo en el  grupo electrógeno principal, dejando el estadio a medio iluminar. El partido estuvo detenido durante casi 40 minutos, ya que luego de lograr la reconexión en el grupo electrógeno principal, se produjo un apagón total del estadio. La gente aprovechó el altercado para alentar a sus equipos y darle al encuentro, el show que le faltaba.

Con la reanudación del juego, Vélez tomó el control de la pelota y supo meter al rojo en su propio campo, mediante las subidas de Papa y Cubero. Independiente no generaba mucho peligro, aunque la más clara del primer tiempo estuvo en los pies de Rosales, quien se encontraba con la pelota luego de un centro que nadie llegaba a conectar, y el ex Unión remataba al primer palo provocando una gran reacción del arquero visitante.

El complemento fue otra historia. Un segundo tiempo con mayor dinamismo y situaciones de peligro. En los primero 15. Independiente tuvo en los pies de Farías tres chances claras de gol, que el delantero no pudo aprovechar. Morel Rodríguez fue elevando su nivel y terminó cerrando una buena noche, mientras que otros, como Mancuello o Leguizamón, se fueron apagando cada vez más. Vélez golpeaba de contraataque y así manejó un par de ofensivas que, Hilario Navarro, resolvería sin problemas. Sobre el final, Cerro se iría expulsado por doble amarilla luego de una falta a Morel, y Cristian Díaz mandaba a la cancha a Villafánez en busca del partido. En los últimos minutos se pudo haber ganado el encuentro, aunque también se pudo haber perdido.

La paridad deja un sabor agridulce. El equipo mostró otra actitud con respecto al encuentro en el coloso, pero los goles no llegan y con empates, el promedio acecha. Independiente debe mejorar para poder mirar con buenos ojos el campeonato, y así olvidarse del temido descenso. Ahora se viene Racing y ese partido puede ser un gran puente para lo que viene. Esperemos que la historia se repita otra vez. 

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